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¿POR QUÉ EL ESTADO DESTRUYE SU RED DE EXPENDEDURIAS?

Fecha

23 octubre, 2025

Hoy proponemos una reflexión al hilo de una pregunta que nos llega de tanto en cuanto (cada vez más frecuentemente)… «¿Cómo ven vds. el futuro en este sector?» No somos futurólogos, si es que hay alguien que de verdad pueda prever el futuro, solo abogados. Si el presente ya es complicado de analizar, el futuro ya ni te cuento.

No obstante, analizando el presente si se pueden ver una serie de tendencias bastante claras. El estanquero tradicional, el expendedor de toda la vida, está saliendo del sector a toda velocidad. Es una retirada desordenada y por lo tanto habrá muchas bajas. Muertos y heridos graves. Se le juntan demasiadas cosas.

En primer lugar, en poco años hemos asistido a un cambio brutal en el modelo de negocio. Muchos estancos que antes vivían casi exclusivamente del tabaco y de los artículos de fumador han dejado de ser rentables. El estanquero tradicional tiene problemas para diversificar el estanco, porque no sabe trabajar con productos de libre mercado o porque está mal ubicado, o porque sus precios no son competitivos… La caída de la venta de tabaco es consecuencia directa de las políticas de sanidad para eliminar su consumo, pero, así como en Francia el Estado es consciente de que está eliminando la rentabilidad de su red de expendedurías y concede ayudas para compensar a sus concesionarios, en España eso no genera ni vergüenza. El Estado (Hacienda) convocó una subasta hace poco más de dos años, alguna gente pago muchos euros por una licencia (para vender tabaco) que ahora el Estado (sanidad) quiere cargarse. ¡Gran negocio!

En segundo lugar, muchas concesiones han perdido o están a punto de perder la decena en sus años de duración. Empezamos a ver ya muchos estancos a los que quedan 10, 11 y 12 años de licencia. Son muchos, porque muchos fueron los que cambiaron en el primer año de entrada en vigor de la reforma. Hay una idea generalizada de que si se llega a los 9 eso no lo va a comprar nadie. Y sobre todo hay una gran incertidumbre en saber que pasará cuando lleguemos al año cero. ¿Modificará la ley el Estado?, ¿Regulará un sistema de renovación automática (pagando)? Seria lo más lógico (por lo cual casi que lo descartamos). En todo caso sabemos como van las cosas aquí, si hay un cambio se decidirá unos meses antes de la catástrofe (siendo optimistas).

En tercer lugar está el hundimiento de gran parte del segundo canal. Gran parte del segundo canal ha dejado de ser objetivamente rentable si se cuentan todos los gastos asociados a la gestión delegada (que debe ser gratuita, por ley). Esta falta de rentabilidad también hace que algunos establecimientos no estén interesados en tener máquina. Y ahora puede venir la estocada final, la prohibición de fumar (¡y vapear!) en terrazas que el gobierno se empeña en impulsar. Una medida que no existe en ningún país europeo (excepto Suecia que es una potencia en terrazas y turismo como es de ver…). ¿Cuánto tabaco se venderá tabaco en PVR’s donde no se pueda fumar? Otra vez el Estado clavando la puntilla al sector sin prever medida compensatoria alguna.

¿Por qué el Estado español está destruyendo sistemáticamente su red de expendedurías del Estado? ¿Cuál es el plan? 

En mi opinión no hay plan. Cada gobierno, cada ministro/ministra improvisa sus medidas pensadas de manera aislada. Este desorden, esta improvisación partidista nos lleva a la situación actual; sanidad va por libre y hacienda se ha perdido, y todo esto nos explica algunas cosas de este país. Lsistemática falta de una visión y estrategias a largo plazo. Sobre el control de la salud publica española a través de la red de expendedurías del Estado (y sobre cualquier otra cosa) La red de expendedurías del Estado tiene siglos de existencia, es una red capilar privilegiada que costó mucho de montar, y que sitúa al Estado en casi todos los municipios. Esto no es una política de un gobierno ni siquiera de una sistema político concreto, es una opción histórica (de Estado) que ha funcionado a través de monarquías, repúblicas y dictaduras. Debería trascender los gobiernos y la partitocracia… debería, debería…